Ayer, viernes 29, no salimos de Lanjarón sino que, al contrario, optamos por dar un paseo (Emilia y yo, evidentemente) hasta la casa del dentista y sentarnos, a la vuelta, en la bodega de González a beber y comer una rosca.
Hoy, sábado 30, hemos bajado a Ízbor, como viene siendo costumbre. Allí hemos pasado toda la tarde y hemos cenado. Nos hemos traído tres peces para la pequeña pecera que compró ayer Emilia.
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