Ayer, lunes 10, no salí de casa en toda la tarde. No ocurrió nada digno de especial mención.
Hoy he ido, junto a Emilia, obviamente, a la casa de Gerardo. He llevado el router inalámbrico y he intentado que sus ordenadores se conecten a través del mismo sin el más mínimo éxito. Tendré que seguir intentándolo.
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