Ayer, lunes 2, dedicamos la tarde a oír misa en el cementerio y, después, a visitar al pequeño Gerardo y a su familia. Regresamos a casa, comimos y a lo de siempre.
Hoy la hemos dedicado, la tarde, a pedir presupuestos para la tienda (un par de ellos) y, finalmente, a comprar algo de cerveza en el Lidl. Por fin hemos cenado y a lo de siempre.
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