Día lluvioso me empapo al ir del hotel a casa. Por la tarde y para mi desagradable sorpresa me encuentro que vuelven a traer otro teléfono solicitado por la delincuente que tenemos abajo.
Lo recojo. Después bajo y se lo digo encarándome con ella. Tenemos algunas palabras en la entrada de la casa. Por lo pronto tengo yo el teléfono.
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