lunes, 20 de abril de 2009

Domingo, 19/04/09.

Por la mañana una llamada al teléfono de Emilia me despertó sobresaltadamente. Era su madre para decirle que había muerto el padre de una de sus cuñadas. Así las cosas comimos a la hora habitual y bajamos, sin mayor pérdida de tiempo, a Ízbor en el coche de Gerardo, acompañados de él mismo, donde pudimos asistir al dichoso funeral. Después del mismo charlamos un rato en casa de los padres de Emilia y regresamos sin mayores novedades.

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