El día de ayer no tuvo demasiada historia, ni siquiera salí de casa en toda la tarde.
Hoy, después de dormir mal por la mañana por culpa del ruido que forman acondicionando la calle para las fiestas, hemos ido, Emilia, mamá y yo mismo, a Granada. Allí hemos comprado algunas provisiones, seguramente más de lo que necesitamos. Precisamente estando en la capital provincial me ha llamado el joven a quien encargué cierta butaca para el dormitorio que, como no, he traído. Por lo demás, después de tantas compras, hemos regresado sin mayores novedades.
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